22 septiembre 2014

¿Qué es un sistema operativo?

 Un ordenador, sin más, sirve para casi nada. Se trata de una máquina compleja, muy compleja. Sin ser expertos sabemos que el ordenador dispone de procesador, memoria, disco duro, lector/grabador de DVD y CD, monitor, teclado, tarjeta gráfica y un largo etcétera de dispositivos y conexiones.
  En principio, cuando compramos un ordenador, parece que el fabricante nos soluciona este problema ya que nuestro equipo, en la mayoría de los casos, viene con el sistema operativo preinstalado.


Todo ordenador necesita tener un sistema operativo para poder gestionar el equipo, sus periféricos y los programas que utilizamos. Podemos decir que un sistema operativo es software, un conjunto de programas que permiten la gestión del ordenador. Pero también hemos de decir que este conjunto de programas son complejos. Han de gestionar la memoria, la visualización en la pantalla, la entradas y salidas de información del disco duro, han de conectarnos a redes y un largo etcétera de servicios.
Nuestro ordenador ya tiene instalado su sistema operativo pero..., no es suficiente. Los usuarios utilizamos programas, procesadores de texto, hojas de cálculo, nos conectamos a Internet, enviamos y recibimos correos electrónicos, escuchamos música, vemos vídeos y jugamos, entre otras muchísimas cosas más.

Bien, está claro que necesitaremos además del ordenador y el sistema operativo, los programas, pero..., parece que esto no va a ser suficiente. Aquí empezaremos a marcar las diferencias entre Linux y otros sistemas operativos.

Hace años, cuando aparecen en el mercado los primeros PC's, se distribuyen con un sistema operativo llamado MS DOS. En aquella época los ordenadores disponían de monitores monocromos, la mayoría de fósforo verde y no eran gráficos.
Más tarde estos equipos estaban disponibles con monitores de color. Los gráficos eran posibles y ello revolucionó la manera de programar y propició un nuevo espacio para los programadores. A esto se unía la circunstancia de que ya se estaban haciendo ordenadores para usuarios distintos a los profesionales y la empresa. Apple apostó por los estudiantes, en Estados Unidos era cada vez mayor el número de estudiantes universitarios que empezaban a utilizar para sus trabajos ordenadores personales.

Así, el viejo MS-DOS y sus comandos se fueron sustituyendo por sistemas operativos gráficos, si lo prefieren y siendo más exactos, dotando a los sistemas operativos de interfaces gráficas. La guerra entre Microsoft (Windows) y Apple (Macintosh) estaba servida.

Pero una cuestión estaba asegurada, la facilidad de uso. Ya no había que aprenderse comandos del sistema (instrucciones escritas), para copiar un programa del disco duro a un disquete o al revés. 
Escribir un texto con tipos de letra, tamaños y diferentes colores era una realidad que podíamos percibir en la pantalla del ordenador sin tener que esperar a ver el resultado en la impresora.
El concepto de la programación cambió. Había que facilitar la utilización de la máquina al usuario. Los programas, sus menús, sus funciones debían proporcionar al usuario una forma de trabajar fácil, amigable. El usuario pronto supo que para imprimir un listado contable, en su programa de contabilidad, un texto, en su procesador de texto o un gráfico, tan solo tenía que hacer clic en el icono que representaba una impresora. Así de fácil.
En la actualidad cualquier usuario quedaría horrorizado si tuviera que manejar aquellos antiguos programas o sistemas operativos.
Windows se convirtió en un sistema operativo, su interface gráfica está integrada en el propio sistema. ¿Un acierto o un error? No voy a entrar esta cuestión, tan sólo les puedo invitar a comprobar una realidad. En ningún libro o manual que trate sobre la teoría de los sistemas operativos dedica capítulo alguno a las interfaces gráficas.
En Linux, el sistema operativo es una cosa y la interface gráfica es otra y, lo puedo asegurar, es una cuestión que mejora la estabilidad del sistema y su seguridad, garantizando una mayor flexibilidad para adaptarse a los distintos modelos de ordenadores existentes en el mercado. 

¿Todos para uno...?


No todos tenemos el mismo tipo de automóvil, ni los fabricantes disponen de un único modelo. Las necesidades de los usuarios y sus gustos son diferentes. 
Una familia con niños pequeños se suele decantar por los monovolúmen. Las furgonetas solucionan a muchos profesionales la cuestión del transporte de sus materiales, no utilizan berlinas para ese trabajo. Con los ordenadores sucede lo mismo, no todos tienen el mismo procesador, ni la misma memoria, ni la misma capacidad de disco.
El uso que le vamos a dar a un ordenador determina su configuración. Creo que todos estaremos de acuerdo en que un diseñador gráfico o un arquitecto requiere ordenadores con determinadas características, distintas de las que necesita un estudiante para realizar sus tesis doctoral.
Linux resuelve esta cuestión y otras muchas que veremos a través de sus distribuciones. Algo que veremos más adelante. 

Gracias por vuestra atención

Saludos cordiales.



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario